Desde que nació Idris el 20 de marzo, mi vida cambio totalmente, las cosas se hacían mas complicadas de lo que eran hasta el momento ya que nació prematuro y eso complicada un poco las cosas.
Al salir de alta de la clínica empezaron las dificultades. Regresaba todos los días a llevarle leche a mi hijo quien se encontraba en UCI-Neonatal (se me partía el corazón verlo ahí, entubado y con mil máquinas controlando que no deje de respirar) y Terek en casa al cuidado de mi esposo ya que gracias a Dios pudo pedir sus 30 días de vacaciones, nada era fácil porque las horas y los días se pasaban lentísimos y realmente no veía mejoría en mi bebé.
A la semana de nacido tuvo un infección a los pulmones es decir una neumonía que pudo ser controlada, me sentía la peor madre del mundo por no haber podido soportar mas tiempo los malestares y dejar que mi bebé permanezca en mí mas tiempo y así sus pulmones pudieran madurar (un desprendimiento de placenta y hemorragia interna eran las culpables de toda esta situación).
Pasaron los días y las semanas, un cambio de clínica que nos tomó de sorpresa por el bendito seguro! En el que la vida de mi hijo podía correr riesgo ya que el trayecto (de media hora) y la incubadora portátil no eran la mejor idea para su mejoría; seis largas horas sin ver a mi hijo por cambios de turno y la "comodidad y confort" que le estaban brindando en esta nueva clínica, POR DIOS!!! SOY SU MADRE DEBO SABER COMO ESTÁ!
Su neonatólogo desde ese entonces de cabecera era muy cortante, sólo atinaba a decir esperemos que mejore, sígale trayendo leche que conforme acepte iremos aumentándole la toma. Desde las 12pm hasta las 8pm vívía en la sala de espera entrando de rato en rato a ver a mi bebé (quería ver si me ligaba encontrarlo despierto) le hablaba intentaba crear ese contacto que NO tuvimos cuando nació.
Una semana y mi hijo empezaba a mejorar a pasos agigantados, empecé a ser mamá canguro y darle de lactar directamente por primera vez. UN LOGRO, MI HIJO SEGUÍA SIENDO TAN FUERTE COMO CUANDO NACIÓ, SE AFERRABA A LA VIDA CADA SEGUNDO! Los doctores tanto de la primera clínica como de la segunda me decian que mi hijo iba a estar internado 3 meses por cuestiones de seguridad y no exponerlo aun siendo tan pequeño, pero Dios es grande.
Veinte días en esta nueva clínica y recibo la llamaba del doctor a las 9am (ya me estaba alistando para tomar mi combi e ir a visitarlo como todos los días) Mi corazón se detuvo al escuchar SEÑORA YA PUEDE VENIR POR SU BEBÉ, ACABO DE COORDINAR SU ALTA. Lo amé en ese entonces porque me daba la noticia tan esperada por todos en casa.
El 18 de abril Idris ya estaba en casa escuchando los gritos de Terek y por fin ya estábamos juntos los cuatro.
Se preguntarán en donde estuvo Terek todo el tiempo que yo estaba en la clínica al pendiente de su hermano, pues debo darle créditos a quienes me dejaron pasar todo esto un poco más tranquila, mi esposo y mi mami pudieron encargarse de él las horas que yo no estaba en casa.
Ahora vienen a mi cabeza todas cosas que hice sin pensar, o pensando sólo en esa personita que me necesitaba del todo con él.
ADMITO QUE descuidé un poco a mi hijo mayor, llegaba a casa agotada y super irritada por el camino de regreso.
ADMITO QUE no sólo descuidé a mi hijo sino también mi matrimonio.
ADMITO QUE me volví la persona las renegona e irritable del mundo en sólo treinta días (todo me chocó)
ADMITO QUE me sentía la peor madre del mundo.
ADMITO QUE el miedo me invadió totalmente.
Hace tiempo tenía ganas de contar lo que me pasó, esta experiencia que realmente no debería pasarle a ninguna mami ni bebé porque para ambos es demasiado fuerte.